Eiffel y el secreto de su torre

La torre Eiffel

Sí, ya se que sabes que está en París y que es el símbolo más representativo de toda Francia y casi de Europa, pero sabías qué…

·        En realidad no la concibió Gustave Eiffel, sino dos ingenieros de su empresa “Eiffel et Cie”.

·         Al principio no le gustó mucho, pero tras unas ligeras modificaciones, les compró sus derechos para obtener los derechos exclusivos sobre su explotación.

·         Fue construida para la Exposición Universal de 1.889 a celebrar en París para conmemorar el 1º Centenario de la Revolución Francesa.

·         Pudo haber sido construida en Barcelona con motivo de la Exposición Universal de 1.888, pues Eiffel presentó primero su proyecto a los responsables del Ayuntamiento, sin embargo, a éstos, la torre les pareció demasiado extraña y cara. En su lugar construyeron el actual Arco del Triunfo.

·         En su época no fue tan admirada como ahora, incluso hubo bastantes sectores críticos que pedían su destrucción.

·         Con sus 300 metros de altura (originalmente, actualmente tiene 24 más debido a las antenas), fue el edificio más alto del mundo durante más de 40 años. El Edificio Chrysler, en Nueva York, le quitó ese honor en el año 1930.

·         En 2003 se aplicaron 60 toneladas de pintura sobre los aproximadamente 200.000 metros cuadrados de su superficie. El color original fue el amarillo, sin embargo ha vestido otros colores hasta llegar al marrón actual.

·         Actualmente tiene instaladas 116 antenas.

·         Gustave Eiffel también fue el diseñador de la estructura interna de la Estatua de la Libertad de Nueva York.

·         Bajo los efectos del viento y la dilatación térmica, se han detectado oscilaciones de la torre de 13 cm (tormenta con vientos de 240 km/h en 1999) a 18 cm. (ola de calor en 1976).

·         Debido a las dilataciones (por el calor) y a las contracciones (por el frío) la torre puede variar su altura alrededor de unos 12 cm. dependiendo de si es verano o invierno.

·         Un timador llamado Victor Lustig, haciéndose pasar por funcionario, consiguió “vender” la torre a un incauto empresario de la industria metalúrgica.